martes, 25 de mayo de 2010

Dodecaedro

2/06/74

El cielo nunca ha sido empático conmigo:
Cuando más me apago, cuando estoy totalmente disuelta en cenizas, el sol se empeña en abrir sus alas y apartar a todas las nubes intrusas que eclipsan su destello, demostrándome que está ahí, gobernando las alturas con todo su brillo.

¡Estúpido círculo amarillo que en mis días lúgubres me mira desde el edén con su enorme sonrisa de rayo a rayo!...A veces, sólo a veces, puedo oír su voz, una melodía acompañada de carcajadas hirientes que me gritan desde lo alto “Tú, simple mortal entre la chusma, contempla mi esplendor, el calor envolvente de mis rayos sobre una patética esfera azul a la que llamas Tierra”

Y otro día más, como los ya pasados, se despide guiñándome un ojo y se marcha con paso alegre, desvaneciéndose en la lontananza...

lunes, 24 de mayo de 2010

Icosaedro opción a)

19/06/09

Calor abrasante...apunto de arder como una antorcha. Días de verano largos e interminables son los que me quedan por delante. Unas ansiadas vacaciones que todavía no sé si quiero y minutos de sobra para pensar y darle vueltas a cualquier cosa, por minúscula que sea (justo lo ideal para mi xD)

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Una tarde en que el aburrimiento hacía eco de su presencia, mientras caminaba por el filo del andén ejecutando torpes equilibrismos, escuché esa voz “la voz de los misterios”. Pude oír cómo los arcaicos engranajes de una locomotora chirriaban rasgando el silencio de la víspera, cómo las ruedas, oxidadas por el paso del tiempo, rechinaban al rozar los raíles.

En efecto, el ferrocarril partía, podía sentir claramente cómo se alejaba de mi su presencia...Mas esa enorme oruga metálica no era perceptible a la vista, ni siquiera al tacto. ¿Dónde estaban las puertas para entrar dentro de ella? ¿Dónde estaba la chimenea...y el maquinista?
Mi tren se marchaba sin mi, pasaba a pocos centímetros como un haz de luz y yo no podía hacer nada por evitarlo, tan solo maldecir mi desgracia, resignarme a no poder subir y quedarme allí, quieta, sentada en el andén.

Todo mi mundo gira constantemente a mi alrededor, yo sin embargo, estoy quieta. Quizás debería regresar a aquella estación en busca de ese tren imaginario.

Debería haber subido, tuvo que haber alguna manera de lograrlo, estoy segura...ahora, ya es imposible.