Noches infinitas, días eternos e interminables y un silencio ensordecedor que me cala hasta lo más profundo de mi ser. Tan sólo cuento con la compañía de este chocolate caliente de máquina....cierto es que su aroma y la calidez de los vapores que desprende me resulta acogedora, me arropa, bate en duelo a un amanecer entumecido de cielo turbio y tonalidades frías . Creo que es una de las pocas ocasiones en las que el tiempo se sincroniza con mi alma y decide acompañarme en mi melancolía. Sin embargo, hoy deseaba más que nunca la cercanía de los rayos del sol. Vuelta a la calma plastificada...