jueves, 8 de julio de 2010

Sacando el polvo a los vinilos.


¡Al fin he podido convencer a toda la casa para llevarme el tocadiscos a mi cuarto! Dado que era la única que lo usaba, y el 70% de las veces que lo hacía molestaba y me tocaba huir del salón, todos han acabado cediendo por puro desquicie: "decisión unánime, el tocadiscos pasa a ser propiedad del cuarto de Miriam (golpe de mazo)"

Y es que me siento genial rescatando de los escombros una pieza tan brillante y con tantos años de vida por delante, que no hacía más que criar polvo en un sombrío rincón de la casa. Veinte años son los que lleva a cuestas este aparatejo, y convencidísima estoy de que veinte años más le quedan como mínimo para dar mucha caña.

Escuchar cómo resonaba entre las cuatro paredes de mi cuarto el vinilo de Brian May ha sido una experiencia gratificantemente estremecedora. ¡Menudo subidón en apenas dos minutos! Hasta el "crepitar" que se apreciaba entre canción y canción me gustaba...

En ocasiones tengo la sensación de que debería haber nacido en otra época, dada la cantidad de cosas actuales que detesto, pero supongo que tan sólo se trata de una impresión. Al fin y al cabo, la "cotidianización" de lo antiguo, destruiría en cierta medida la magia que encierra lo añejo.

1 comentario:

  1. Yo también creo a veces que debería haber nacido en otro época, quizá el siglo 17 o 18. Pero bueno, poco se puede hacer al respecto.

    Disfruta del tocadiscos, un gran invento sin duda, algunos tenemos que conformarnos con una simple mini-cadena.

    Venga, un saludo y a disfrutar del verano.

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